Más confianza es más deseo,
más fuego ardiendo adentro,
más velocidad en el latido
y en la respiración ausente,
más incendio entre las piernas,
todo fuego,
todo mar desnudado
en flujo incandescente
que se enreda en tu cuello
y recorre tu piel despacio
(no hacia el sur sino hacia el centro)
d e m o r á n d o s e u n p o c o
en cada poro con su lengua,
libándote la esencia,
liberando tu existencia
durante un momento eterno
que cristaliza en el jadeo
de tu boca semiabierta
y tus ojos semiciegos.
Tú yéndote lejos en el orgasmo,
en el sueño del anhelo.
El mordisco en el cuello
y la lengua en el lóbulo,
toda tú entregada al deseo,
todo yo a la búsqueda
de lo sagrado infinito
en tu vientre custodiado,
y yo al fin sobre tu pecho
rendido, y sepultado.
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