Su boca
es una aspiradora
incesante y orgullosa,
una señora doctora
que me succiona
severa el gatillo
y el cañón de la pistola
con instintos de exploradora,
una colona que investiga
temblorosa y codiciosa
la geometría de mis bombas,
una misteriosa ventosa
que rabiosa se empecina
en vaciar golosa
las nebulosas joyas
de mi trompa frondosa.
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